jueves, 27 de febrero de 2020

Febrero 2020 (Enfermedades y accidentes)

Enfermedades y accidentes: En lineas generales y no obstante su condición especial Síndrome de Asperger, Sebastián Daniel, fue un niño sano. Cuando era bebé, presentó sobre peso. Lo atribuimos a la leche formulada que le mandó el pediatra. Aumentó tanto de peso que el médico le suprimió un tetero. Cuenta la madre que aunque le daban líquidos azucarados para sustituir la leche, él reclamaba con llanto lo que no se le estaba dando. La dieta y el inició de sus actividades físicas, hicieron que bajara hasta un peso propio a su edad y tamaño, y a esto se sumó, conforme ya lo relate al inicio de este Blog, una muchacha que lo cuidaba mientras trabajábamos, se comía parte de su almuerzo. El resto de su infancia fue afectada por las llamadas virósis, y el respondía bien a los tratamientos. En alguna oportunidad la pediatra nos recomendó un medicamento farmacológico a base de hierbas, el cual se le repetía cada vez que le daba las denominadas popularmente gripes, y ese producto lo inmunizó. Actualmente le da "gripe" una vez al año, y aun se le da este jarabe si es necesario.
Cuando los padres entramos en conciencia que Sebastian Daniel era diferente a los demás niños, que posiblemente era Autista, o que era Asperger, sentíamos temor por alguna complicación, y no sabíamos que debíamos hacer ya que no estábamos preparados para alguna eventualidad especial. Mis hijos mayores habían sufrido problemas de salud puntuales. No estuve con Rubén Daniel cuando sufrió mucho del sistema digestivo, y al parecer se lo causó el desorden alimentario lo cual logró superar y sanar. Miguel Daniel sufrió del cierre de la fontanela y debió ser operado unas semanas antes del cumplir los 15 meses, luego creció sano aunque los puntos en la barbilla fueron muy frecuentes. César Ricardo y Dana Maribel, hermanos maternos, también fueron muy sanos, contrajeron virósis y gripes, aunque Dana sufrió hasta la juventud de los adenoides, hasta su solución quirúrgica.
Los expertos que consultamos nos hablaron que el Síndrome Asperger era un problema metabólico y alguno nos indicó que había que llevarlo a un centro en Caracas, donde le hacían esas pruebas de metabolismo y sensibilidad alimentaria. Según alguien nos explicó el cuerpo de un niño con condición Síndrome de Asperger, interpreta en forma diferente lo que come. Así que, según ellos, algunos alimentos podrían caerle mal, y tal vez una comida chatarra, caerle de lo mejor.
Como siempre he puesto en duda las recomendaciones, investigue la veracidad de estas afirmaciones y no encontré nada en concreto que sustentara con trabajos científicos esa afirmaciones. Así que en parte por por falta de suficientes recursos económicos; también falta de tiempo para irse dos o tres meses a la capital a realizar esos estudios, y por mi duda en las afirmaciones de los expertos amigos, no se le hizo ningún diagnostico alimentario.
Uno de los aspectos que mas llamó mi atención y observación, fue los problemas digestivos que repentinamente le molestan. Estos ocurrían y ocurren sin causa aparente. Las comidas tanto en casa de su mamá como en la mía siempre han sido preparadas lo mas sano posible. Empezamos a sospechar que eran las ocasionales comidas chatarras, las cuales como todos los niños le fascinaban. Entre ellas los perros calientes y las hamburguesas lo motivaban, eso si, nos cuidábamos de los acompañantes como lechuga y otras ensaladas crudas, por no tener confianza en la preparación higiénica de las mismas por parte del proveedor. Sin embargo no siempre se enfermaba cuando ingería este tipo de comida. También en la casa alguna cena, le caía mal, estando acostumbrado a la misma.
El caso es que repentinamente se ponía mal, y con muchas nauseas, a veces con diarrea. Otras veces era el gran malestar sin vomito ni deposiciones. Por experiencia yo no le daba nada para detener el malestar, si acaso sorbos de agua. Los médicos indican que hay que esperar a que vomite y si tiene diarrea, que vaya al baño por lo menos cinco veces antes de dar algún medicamento. Cuando él estaba con la madre yo le daba a ella esas instrucciones, las cuales, no tan de acuerdo, las cumplía. Generalmente después que vomitaba unas tres o cuatro veces, y si era acompañado de evacuaciones liquidas, él empezaba a mejorar. Solo se le suministraba sorbos de agua para evitar la deshidratación y se empezaba una dieta a base de pedazos de lechosa madura y galletas de soda, en la medida que iba tolerando su ingesta. Paulatinamente se le iba dando otros alimentos como pan tostado con queso amarillo y jugo de lechosa, hasta restablecerse completamente. Así descubrí que al darle lechosa empezaba a mejorar y ese es el tratamiento que recibe en estos casos. 
Este comportamiento de su sistema digestivo se mantiene aun hoy en día, y el tratamiento es el mismo. Creo no son infecciones sino indigestiones. Nunca se le hizo un examen de heces en fresco con estos cuadros. Le hemos enseñado que deben haber trascurrido por lo menos tres horas antes de ingerir otro alimento, ya que algunas veces coincidió su malestar con comidas cercanas. Si estas indigestiones casuales tiene alguna relación con su condición especial, no lo puedo afirmar, pero los cuadros casuales y sin mucha relación unos con otros hacen pensar que podría haberla.
En cuanto accidentes Sebastian Daniel tuvo varios como todos los niños. A los tres años chocó con una niña amiga cuando celebraba su cumpleaños, se fue hacia atrás y se golpeó con una saliente del piso. Un poco de hielo solucionó el problema, aunque le quedo abultado el cuero cabelludo. Se partió el labio cuando imitó a unos primos en un juego, lo cual no detuvo que siguiera disfrutando del paseo, aunque la piscina era de aguas termales y le produjo inflamación. Nuevamente vino el hielo antes de dormir para detener la pequeña hemorragia y desinflamar. En la escuela en primer grado su amigo Daniel lo hizo caer hacia atrás, y esta vez fueron tres punticos de sutura, justo donde se había golpeado a los tres años.
Ya en cuarto año de estudios de bachillerato iba caminando por el patio del colegio para entregarle un trabajo a un profesor y el piso donde estaba este, era un sobre piso y él pisó mal el borde de ese sobre piso, le comenzó un dolor bastante fuerte que lo hacía cojear. Cuando fui a buscarlo al colegio iba caminando mal y me contó lo ocurrido. Lo llevé a casa, le dí almuerzo y le aplique mucho hielo porque se estaba inflamando. Me fui al trabajo por la tarde y lo llamé y me dijo que no mejoraba y que le dolía mucho. Lo trasladé a la Clínica donde yo laboraba y al hacerle la placa el diagnóstico fue una fractura en un huesito en la zona del metatarso. Le colocaron su bota de yeso con su respectivo tacón mas un tratamiento para el dolor. Todo cubierto por el seguro que pagaba su mamá. Fuimos a casa y se puso a estudiar y al día siguiente le ayude a colocarse el pantalón del uniforme, claro abrimos la manga del pantalón para que pasara la pierna enyesada. Fue la sorpresa en el colegio, primero porque no pensaban que se había fracturado y segundo, que hubiese ido a clases. Yo le explique al director y coordinadoras que él me había pedido que lo llevara porque tenía exámenes. Lo llevé hasta el salón y saltaba en una pierna en lugar de caminar, ya que el médico indicó esperar 24 horas para pisar muy suavemente, sino se dañaba el trabajo. Cuando lo busqué al mediodía me dijo que sus mas allegados amigos, lo habían ayudado para ir al baño. Unos colegas y amigos míos, me facilitaron un par de muletas, por lo que no faltó al colegio y resolvió todas sus evaluaciones. Tanto en casa de su mamá como en la mía, ajustamos nuestra rutina para facilitarle una mayor atención. Dentro de todas las dificultades fue una buena experiencia para todos y el superó muy bien la situación hasta que a la quinta semana le quitaron el yeso. El médico prescribió que por el resto del año escolar no podía hacer deporte, y sus evaluaciones fueron escritas en esta materia. Cabe recordar que recién que le removieron el yeso, íbamos caminado por una zona cubierta de grama, y justamente cayó en un hueco con su pie recién "reparado". Nos dio pánico, pero no pasó nada. Menos mal.
Ocasionalmente le aparecen en la piel de la zona del pecho y la espalda, unas quemaduras que como tales le arden mucho. Luego la piel se le endurece y se pone muy áspera. Pensamos que era ocasionada por ciertos alimentos, sin embargo no encontramos cuales podrían ser los causantes. Encontré que cuando sudaba mucho y la guarda camisa se empapaba le aparecía la patología, luego probamos con productos hidratantes, hasta que llegamos a ADEMINA de laboratorio ETIFAR. Se le pasa una tolla húmeda por todas las zonas irritadas y luego se le aplica generosamente la crema. Igual después de ducharse. Esto hace que la piel se recupere. Aun no sabemos el origen de la enfermedad. Siempre lleva en su bolso la crema por si acaso. 




2 comentarios:

  1. Ese día el dolor en la cabeza por ese golpe me estuvo afectando por horas y horas, incluso cuando me llevaron a la clínica Cemell para tratar el golpe. Aunque tuve suerte de que no dejó cicatriz, nunca se me va a olvidar ese día.

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  2. Umh! Recuerdo que yo me encontraba en Colombia cuando entró una llamada de tu papá diciendome que habías "metido la pata" digo,te habías caído y te iban a llevar a la clínica. Bueno hijo yo también tengo experiencias de esguince o fractura. Embarazada de tú hermana Dana estando dormida me desperté y literalmente "salte" de la cama lo que hizo que me lesionara un pié. Así que creó que todos guardamos algún recuerdo de algún "yeso".

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