Desde su ingreso a los estudios de bachillerato conversaba con él acerca de lo que sería en el futuro y la carrera universitaria que escogería. Por sus habilidades en matemáticas y por su condición especial, yo pensaba que él podría estudiar alguna carrera relacionada con la tecnología de la información. Sus hermanos mayores Rubén y Miguel, que son mis hijos, y Cesar Ricardo hermano por parte de su mamá, se graduaron en ciencias de la información, Ingeniería eléctrica e Ingeniería Civil, respectivamente; su hermana por parte de su mamá se especializó en comunicación social. Sebastián no mostraba inclinación alguna y las proyecciones al futuro no formaron parte de su léxico, ni tema de conversación. Era tal su dedicación al estudio de los dinosaurios, que yo conversaba con él acerca de su futuro como científico, en cualquiera de las especialidades que estudian esos temas. Sin embargo paulatinamente fue dedicándose más al estudio del cine. Vimos Jurasic Park y todo lo que produjeron al respecto. Uno podía consultar con él sobre la dirección, los actores, la producción y demás conocimientos relacionados. Luego su interés fue centrándose en las películas de súper-héroes de MARVEL, SONY, DISNEY, sin dejar de lado otras producciones como Harry Porter etc. Sabía sí era, una secuela o una pre-cuela, me hablaba en términos que yo no tenía claros. Sabía cuántas películas había dirigido tal director, y que personajes había representado algún actor. Estaba pendiente de todos los estrenos de su interés, y me pedía llevarlo, lo cual cumplí a cabalidad, y seguimos en eso hoy en día. Pensé en ese momento que la carrera para Sebastián debería ser el cine. La mamá estaba de acuerdo conmigo. Llegó un momento en que centró todo su interés alrededor del cine, pero decía que quería ser director. Realmente yo no lo visualizaba en ese mundo tan complicado.
Al llegar a cuarto año, a solicitud del Ministerio del Poder Popular para la Educación, Sebastián presentó vía Internet la prueba de aptitud académica. En esta actividad lo asistió su mamá. La mayor puntuación la obtuvo para las artes. Yo no confié mucho en ese diagnóstico pensando que la mamá había “ayudado” con las respuestas, y consideré esa prueba como un trámite más y que él debía pensar en Informática o ingeniería, considerando su habilidad para matemática, física y química. Las investigaciones que yo había hecho por Internet sobre la condición especial de él, y sus calificaciones escolares en las materias científicas, me hacían pensar que ese era el camino. La película ADAM, joven con condición Asperger y que llegó a la NASA, soportaba aún más mi posición.
Iniciando el 5to año de bachillerato, culminación de los estudios de secundaria, se inició la presión sobre lo que él estudiaría. Me sorprendió un día cuando me dijo que quería ser artista. Esa posición la mantuvo durante los siguientes meses. Yo le explicaba la amplitud de la palabra artista, que se manifestaba en las diversas artes y oficios. Le preguntaba si quería ser músico ya que tenía una buena base de estudios musicales, y contestaba que no. Le preguntaba si quería teatro, cine, danza, pintura, artista de televisión, pero él no sabía definir lo que quería estudiar. A mediados del segundo trimestre de 5to año, el sistema OPSU le exige al estudiante que haga su selección de carrera y de Universidad, sobre todo es obligatorio para los aspirantes a estudiar en universidades públicas, que son gratuitas. Yo estaba interesado en que ingresara en alguna de estas universidades de la zona porque mis proyecciones económicas no me daban para pensar en educación privada y menos fuera de la ciudad que implicaba mudarse con él. La madre era más optimista y pensaba que podríamos costear sus estudios privados, o estudiar artes en la principal universidad de los Andes.
Una noche que entre a su cuarto en el cual él tiene los recursos básicos audiovisuales, estaba dibujando, y en su cuaderno tenía la cabeza de un caballo... Aquella cabeza de caballo estaba casi perfecta... Le indague sobre quien la había hecho y me respondió que él. Me llamó mucho la atención ya que para sus trabajos, era yo, con mis limitadas habilidades para el dibujo, el que le hacía los bocetos y él completaba los dibujos. Me costó aceptar que él lo había hecho. Sin embargo en su cuaderno de borrador tenía otros dibujos muy bien elaborados. Ante mi sorpresa y admiración que le expresé, me dijo que en su tiempo libre, había seguido tutoriales por Internet sobre cómo dibujar. La conversación giró sobre que quería ser artista, y me dijo que él quería estudiar dibujo y pintura. Se estaba dando el contraste de los sueños, los míos sobre tecnología de la información y los de él, Artes plásticas. También reflexioné sobre cómo nuestros hijos tienen acceso a Internet, para bueno, en el caso de Sebastián, pero no tan bueno para otros, sin que uno se entere o lo hace ya tarde.
A partir de eses momento ya oficializamos lo que sería su carrera universitaria. Ahora el problema era ubicar la universidad donde pudiera estudiar esa carrera. En las universidades de la zona solo había una que ofrecía diseño gráfico, como lo más relacionado con el dibujo y la pintura. La madre hablaba de ir a la ciudad de Mérida donde se ubica la Universidad de los Andes, y centro artístico por excelencia de la zona occidental del país. Yo no estaba de acuerdo por la insuficiencia de recursos económicos para subsistir en esa bella ciudad, por los cinco o seis años que normalmente dura la carrera en ese centro de estudios.
En la medida que se acercaba el final del quinto año crecía mi preocupación sobre la universidad a la que asistiría Sebastián. En esa misma medida la situación económica de Venezuela se iba complicando, por lo tanto de plano se descartó la idea de que estudiara fuera de la ciudad. No quedaba sino una opción, una universidad privada que daba diseño gráfico, de la cual no tenía las mejores referencias.
En los últimos años de bachillerato yo había desarrollado una bonita amistad con el director del colegio y lo apoyaba en algunas cosas que el necesitara, en especial una actividad obligatoria que debían cumplir los estudiantes, relacionado con su comunidad. Me confió la ejecución de ese proyecto. En una conversación le hice entrever el problema que tenía con Sebastián sobre sus estudios de arte. Me dijo, "bueno que estudie en UNEARTE". Le pregunte que era UNEARTE y me informo que era la Universidad Nacional Experimental de las Artes, creada por decreto presidencial en el 2008, para licenciar en artes a todos los cultores que así lo quisieran. Me terminó de sorprender cuando me indicó que estaba ubicada en la ALDEA a pocas cuadras del colegio. Sobre la Aldea yo no tenía muy buena opinión, ya que se le veía como un centro político del gobierno. Cuando le comente a Sebastian que había esa universidad, se alegró muchísimo. Indague sobre la universidad y me pareció una buena opción. En realidad nuestra mejor opción.
Cuando se aplicó en el sistema OPSU vía Internet para la elección de la carrera y la universidad, se colocó en todas las opciones UNEARTE, en tres carreras diferentes. Luego del trayecto inicial podría cambiarse de especialidad. El sistema lo asignó directamente para el PDF Artes Plásticas. La madre no estuvo muy contenta que digamos, incluso se acercó para investigar sobre si allí podrían estar preparados para atender jóvenes con condiciones especiales. No me informó de los resultados de su visita pero hoy en día lo ha aceptado, salvó menores diferencias por los ligeros enfoques ideológicos, que sobre el proceso, tienen algunas materias. De esto escribiré en un Spot posterior.
Tuve suerte de que UNEARTE estuviera en la ciudad, especialmente cerca del colegio, al cual siempre iba. Sin mencionar que, actualmente, me encanta el lugar.
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