A partir del segundo año de bachillerato se incorporaron jóvenes provenientes de otras instituciones educativas. Para su primer trabajo de grupo decidieron que se realizaría en nuestra casa. Solo dos asistieron a ese primera reunión y no aprovecharon bien el tiempo. Me llamó la atención que eran muchachos nuevos provenientes ambos del mismo colegio, los que se unieron a Sebastián para la realización del trabajo. Sin embargo se inició una relación de amistad, y uno de ellos, Edward, vivía por nuestra ruta, así que le ofrecimos llevarlo cada mañana al colegio, y aquellos días que regresábamos al medio día a mi casa, también se venía con nosotros. Me tomé la obligación con Edward por cuanto me facilitaba la organización del trabajo con Sebastián. Me informaba sobre las asignaciones y lo que había que hacer, pero a fin de cuenta niño aun, a veces él mismo no estaba al día con las obligaciones, y por lo tanto yo debía correr por los dos. Cuando la conformación de los grupos era de cinco integrantes, Sebastián era parte del equipo junto con los amigos de Edward, pero cuando los profesores indicaban que los grupos eran solo cuatro, Sebastián se quedaba por fuera. Yo nunca sabía cuándo eran de cuatro o de cinco, sino por la noche al momento de realizar sus trabajos, o el fin de semana era cuando me enteraba de la situación. La primera vez que eso ocurrió me moleste con Edward ya que no me avisó y yo pretendía que el me informara hasta esos detalles, yo pensaba que por el cariño y atención que le dábamos, debía participarle a Sebastián que no estaba con ellos. Pero simplemente lo ignoraban. Cuando esto pasaba, ya los demás grupos estaban completos, así que varias veces debió hacer los trabajos en forma individual como única solución para que no fallara. Otras veces los muchachos discriminados por sus compañeros se unían y hacían un grupo e incluían a Sebastián porque sabían que el haría el trabajo por ellos. Menos mal que los docentes así se lo permitieron. De esta forma se logró mantener Sebastián dentro de un alto rendimiento académico. Yo le pedía a Sebastián que hiciera un grupo aparte de los amigos de Edward, pero cuando ello le decían que trabajaría con ellos el no sabía decirles que no. Estimaba a ese grupo en especial a Edward.
Sebastián participó en todos los juegos inter-cursos que organizaba anualmente la institución. No era deportista pero formaba parte del equipo de football o de basketball de su salón. Jugaba pocos minutos pero el era conforme con participar y generalmente su equipo era descalificado muy rápido, En unos inter-cursos me dijo que se había anotado para participar en ajedrez. Yo le dije que él no sabía jugar. Sin embargo insistió y durante la semana previa a los juegos, hicimos partidas en la casa practicando lo básico del ajedrez y así con escaso nivel y conocimiento del juego participó en el torneo y por su puesto, rápidamente eliminado, no obstante, él disfruto muchísimo el haber tenido esa competencia. El hecho individual prevaleció sobre lo grupal. A partir de ese momento siguió cultivando ocasionalmente el juego de ajedrez, y participaba en todos los juegos anuales en esa especialidad e incluso, llegó a ganar algunas partidas, pero siempre se quedaba en el camino. En los otros deportes poco lo alineaban porque los muchachos querían ganar y Sebastián no jugaba para ganar. Pero en este aspecto no era el único caso, ya que gran parte de los muchachos no practicaban deporte y solo lo hacían en estos juegos, por la motivación especial que despertaba competir con los demás grupos de primero a 5to año, durante la clásica "semana del colegio" o juegos inter-cursos. Sebastián se sentía feliz con estas actividades y animaba a sus compañeros.
En General Edward, su mejor amigo, le tenía paciencia; pero no era fácil tener un amigo así, uno que no forma grupos, que no "echa cuentos", que no habla de sus intimidades, que no habla de chicas, y que su único interés eran para ese momento, el cine y los dinosaurios. Así que realmente no llegó a aceptar y comprender la condición especial de Sebastián. Era muy joven para estos análisis y tenía sus propias preocupaciones familiares. Algunas veces se quejaba del hecho que según él, los profesores le prestaban más atención y eran más suaves en la exigencia académica con Sebastián. Yo los apoyaba a los dos, y traté a Edward como si fuera mi hijo, incluso le inculqué el método de estudio que usábamos, pero él tenía otros intereses, por ejemplo practicaba baseball de alta competencia, tenía muchos amigos, y pasaba mucho tiempo con sus primos, que vivían en otra urbanización, por lo tanto el tiempo que le dedicaba a los estudios era menor, comparado con Sebastián y de allí la diferencia en el rendimiento académico, a pesar de que Edward es muy inteligente. Por otra parte concluí que no era fiel amigo, como en aquellos casos cuando lo dejaba por fuera del grupo, sin avisarme y Sebastián no se enteraba y algunas veces llegaba a la clase sin los trabajos porque no se enteraba ya que estaba en ningún grupo, o había algún trabajo especial que Sebastián no había recordado, y que Edward no me había participado no obstante haber estado con nosotros durante el viaje de ida o retorno del colegio. Una vez le llamé la atención al joven por esa actitud ya que percibía que era a propósito para que Sebastián fallara y le hice entrever que Sebastián no se merecía eso, y que en alguna forma yo le ayudaba con el transporte, con la elaboración de trabajos y hasta con clases particulares que no le cobraba, y el joven me respondió con indiferencia. Hable con Sebastián y le dije que tendría que ir buscando otro grupo, pero el era tan noble que cuando Edward lo incorporaba al grupo no se oponía sino por el contrario de mostraba contento. No me quedaba más nada que apoyarlo. Edward sigue siendo su amigo.
Cabe destacar que los grupos se conformaban más por amistad, que por el aporte que podían hacer individualmente al equipo. En todos los trabajos en que participó junto con ellos, siempre Sebastián y otro miembro del grupo llamado Torín, que era el "craneo" de salón y de su nivel, eran los que realizaban las mejores exposiciones. Por eso cuando Sebastián quedaba "liberado", aunque era muy respetado por sus conocimientos y presentaciones, generalmente los otros grupos no lo incorporaban porque ya estaban cuadrados bajos esos criterios de amistad.
Cabe destacar que los grupos se conformaban más por amistad, que por el aporte que podían hacer individualmente al equipo. En todos los trabajos en que participó junto con ellos, siempre Sebastián y otro miembro del grupo llamado Torín, que era el "craneo" de salón y de su nivel, eran los que realizaban las mejores exposiciones. Por eso cuando Sebastián quedaba "liberado", aunque era muy respetado por sus conocimientos y presentaciones, generalmente los otros grupos no lo incorporaban porque ya estaban cuadrados bajos esos criterios de amistad.
Muy interesante. Sigue escribiendo.
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