jueves, 30 de julio de 2020

En cuarentena Julio 2020

El tiempo pasa volando, una expresión que acostumbramos a decir, en referencia a que en muchas cosas de nuestras vidas no percibimos la rapidez del transcurso del tiempo, en la forma como lo medimos los humanos, tomando como referencia la tierra, sin complicarnos en la relación espacio tiempo de la teoría de la relatividad. Este mes de julio se cumplen 19 años y casi cuatro meses del nacimiento de Sebastián. Como recordarán describí en su historia que nació en la Clínica Santa María de la ciudad de Acarigua, Municipio Páez, del Estado Portuguesa. Nació coloradito y de ahí fuimos al Seguro Social, donde le colocaron la lámpara para equilibrar la bilirrubina. Bueno ayer miércoles 22 de julio, se realizó una jornada especial por parte del Consejo Nacional Electoral, para registrar a los nuevos votantes y para los que necesitaran hacer cambio de residencia. Nos ofrecieron hacer el traslado de los interesados desde nuestra residencia en la Urbanización Camburito, hasta la Alcaldía de Araure en la zona de la Plaza de Araure. Le dije a Sebastián que tendríamos que levantarnos temprano para asistir a ese evento. Por la noche anterior le dije que se acostara más temprano ya que está acostumbrado, debido a la cuarentena, a dormir tarde, y levantarse tarde. Como nos citaron a las 10 de la mañana en la escuela de la urbanización, yo me levanté a las seis treinta para tener tiempo de realizar mis rutinas de ejercicios, la ducha y luego colocarme las medias de compresión, que me lleva media hora completarlo. A las siete ya estaba yo iniciando la elaboración del desayuno. A las ocho lo desperté y tardó como quince minutos en levantarse. Fue al baño y luego, como siempre, me saludó con un beso y se puso a caminar. A las ocho y cuarenta empezó a desayunar y terminó como a las nueve y cuarto.  Se vistió y a esa hora llegó el recordatorio para que nos desplazáramos al sitio de reunión para la salida, vale decir en la escuela, pero 10 minutos más tarde llegó un nuevo mensaje, informando que la hora de salida se había cambiado para las  12 del mediodía. Así que procedí a realizar las llamadas a las personas que en este urbanismo no tienen WhatsApp actualizándoles la información de salida. Reorganizamos el programa personal para aprovechar el tiempo de espera. A un cuarto para la doce salimos y pasamos buscando por la vía, unas cuantas casas más adelante de la nuestra, a la señora María y a su hijo de 12 años. Se llama Jesús y es un niño también especial, pero con otro síndrome que lo afecta en su comportamiento. Se le controla por medicación, Por su patología tiende hacer cosas que se le prohíben, a no usar la mascarilla y a veces se pone muy rebelde. Aunque la jornada no era para él, había que llevarlo dado que no sabíamos la hora de regreso, y su mamá es quien lo controla bien. Yo lo he tenido en mi casa y realmente es difícil de cuidar. Yo lo amenacé que si no usaba la mascarilla se tendría que quedar, y fue la única manera de que se la pusiera.  Llegamos al sitio de reunión y fuimos los primeros. Esto no me extraño, ya que los venezolanos hemos adquirido fama por la manera de acomodar los horarios a nuestras necesidades. Poco a poco fueron llegando otras personas. Sebastián empezó a usar su celular sentado debajo de un árbol que nos daba sombra, porque el sol estaba en pleno apogeo del medio día, aunque la nubosidad ocasionalmente interrumpía el paso de la radiación. Llegaron las 20  personas que habían confirmado la asistencia así como los coordinadores de la actividad, entre ellos el sr Dany Oses, quien forma parte de la organización CLAP y de nuestra calle 1.

A la una y cuarenta y cinco llegó la unidad Yutong que pertenece al gobierno, para transportarnos. Abordamos el autobús y era una unidad nueva, full aire acondicionado, y su respectiva música. Ocupamos los asientos de tercera edad, aunque sobraban muchos puestos. Alcanzamos la plaza de Araure a las dos y treinta, y nos organizaron en una fila, indicándonos que pasaríamos a penas finalizaran con otro grupo, del cual faltaban ya pocos. En verdad todo bien organizado, y el orden a cargo de las fuerzas armadas. Había solo un equipo de computación y la atención no era tan rápida. 

Una joven de unos 22 años pasó llenado un formulario general. Yo le había estado preguntando a Sebastián sobre sus datos, de manera que los recordara para la encuesta y para cuando le tocara ir a la mesa de registro del CNE. La muchacha empezó hacerle preguntas y el le respondía con información muy completa y ella solo requería lo más básico. Yo no intervine y deje que se entendiera y que él resolviera el problema de comunicación. La señorita no preparada para estos casos hizo un comentario desafortunado sobre Sebastián, dado que no le entendía las respuestas por tono grave de su voz, y dijo que hablaba como portugués. Tampoco dije nada y ella terminó de llenar la información. Luego me correspondía a mi persona, y cuando le estaba dando mi apellido, pude ver en la planilla que había escrito el segundo apellido de Sebastián y no el primero, y eso que él le había deletreado su primer apellido. Le hice la corrección y ella completó mi información, para seguir avanzando con su trabajo.

Esperamos durante mas o menos una hora, parte de ese tiempo lo pasamos viendo la gran cantidad de Iguanas que hay en la plaza y viviendo en los árboles. Bajan a buscar comida que la gente les da, generalmente comidas para humanos. Luego suben hasta las ramas más altas y allí hacen sus necesidades. Más de una persona fue sorprendida por el chorro de orinas y de excremento, causando la risa del resto de las personas que estábamos allí. Sebastián se cansó de estar de pie, y se santo cómodamente debajo de un árbol que estaba justo en lugar donde hacíamos la fila. Repentinamente pegó un grito y la gente comenzó a reírse. Las iguanas habían orinado a Sebastián. Le hice que se quitara de allí a sabiendas que luego vendría el excremento. La orina le cayó en un brazo y el olorcito no se dejó esperar. Saque agua potable y le ayudé a que se lavara bien la piel, y luego saqué las servilletas para que se secara. Realmente no lo tomó tan mal ni expresó mayor preocupación por el incidente, se lavó, se secó y continuó tranquilo. 

Por fin le tocó pasar a la mesa de  los representantes del CNE para realizar su registro como "nuevo votante", cuando él estaba en antesala me pasaron a mi así que le dije que observara lo que hacía la persona que estaba delante de él para que aprendiera. Habíamos memorizado el centro de votación que es una de las preguntas que hacen. Lo demás información personal. Respondió bien a todo y no tuve necesidad de asistirlo. Se levantó y le dijeron que tenía que esperar su reporte. Mientras tanto me atendieron a mí, que mi caso era cambio de residencia, que es el nombre técnico, por cuanto yo iba era a cambiar el centro de votación, para uno que queda en la Urbanización donde vivimos. Nos dieron nuestro reporte de gestión con la información que se había alimentado al sistema, y él le mostraba a algunas personas el documento que le habían entregado. La gente se reía sanamente. Faltaban como diez personas, así que invitamos a la señora María y a su hijo especial, Jesús, a tomar un refrigerio en una panadería cercana. Compramos pan saldado y Gatorade, y nos fuimos a la plaza donde si podíamos quitarnos las mascara para comer. Arrasamos con el pan y las bebidas y recuperamos fuerzas para esperar ir a casa en el transporte que nos había suministrado el gobierno. 

Llegamos a nuestra casa como a las cuatro de la tarde. Antes de hacer el almuerzo le pregunte que había entendido de la actividad que habíamos hecho hoy. Ya yo le había tocado el tema la noche anterior, así que una vez culminada la actividad, quise reforzar el aprendizaje. Dudo un poco, entonces le fui haciendo preguntas, ¿cuál derecho adquieres cuando cumples 18 años?, ¿cuál deber debes cumplir para ejercer tu derecho? y así aclaró y consolidó el conocimiento de la actividad que habíamos realizado.

Cuando nació, tuvo que ser sometido a radiaciones para bajar su bilirrubina, en el Seguro Social; cuando pasa a la vida pública como nuevo votante, lo orino una iguana, que rápido pasó el tiempo entre los 0 y los diecinueve años. Por eso este Spot: Del Seguro Social hasta el CNE 19 años.

 


lunes, 20 de julio de 2020

Mes de Julio 2020

Estamos casi a mediados del mes de Julio 2020. Seguimos cumpliendo religiosamente  las instrucciones del gobierno de Venezuela, para protegernos del COVID 19.  Desde el mes de Junio Sebastián ha venido recibiendo instrucciones a última hora, por parte de sus profesores de UNEARTE, en las materias que está cursando en el semestre. Algunos profesores dejaron para el final de semestre sus requisiciones, con trabajos muy largos, otros asumieron que ellos habían entregado el plan y que los estudiantes los estarían siguiendo. Para una materia con tiempo muy limitado había que hacer un video con una autocrítica de alguna pintura que ellos hubiesen hecho. Otra materia tenía que hacer un dibujo libre. Todo a enviarse por WhatsApp. Sin embargo he venido detectando que Sebastián se entretiene con NEFLIX y le lleva más tiempo hacer sus trabajos por la desviación de la concentración. Se lo venía diciendo desde hace tiempo, pero he sido muy elástico debido a la cuarentena durante la cual él no ha salido a la calle, aunque tampoco desea hacerlo. Una noche le recordé que debía revisar su página de la universidad ya que era su medio de comunicación con la institución. De pronto me llama y me dice muy nervioso que una materia le aparece retirada. Mil cosas pasaron por mi cabeza. Yo había visto un mensaje por WhatsApp que les informaban que tenían chance de retirar materias hasta un determinado día. Pensé que lo había tomado como una instrucción y lo había hecho sin saber lo que hacía. Me molesté mucho y le dije que su trabajo era estar pendiente de sus cosas, y que aun recordándole que lo hiciera, no lo hacía. Además le dije que estaba más pendiente de NEFLIX que de sus responsabilidades. Que su madre y mi persona estábamos tratando que el aprendiera  a llevar sus responsabilidades y a forjarse una actividad productiva para cuando nosotros no estuviéramos, por lo menos el tendría los recursos para pagar para que lo atendieran. Le resalté que esa materia retirada tenía tiempo en el sistema y él por no revisar a diario, no se había dado cuenta. Le dije que buscara en la página a ver si había donde enviar un correo para plantear el problema. Nos afectó a ambos el regaño. Yo le deje lista la cena y me fui a mi cuarto a respirar profundo y meditar, llegando a la conclusión calmada, que había dicho más de lo que debía decir. Muy tarde fue a mi cuarto y su rostro reflejaba angustia y preocupación, y me dijo que no había forma de comunicarse con la Universidad. Yo le dije bueno hijo repetirás esa materia que le vamos hacer. Arrugo la cara y se fue y golpeo algo con el puño. Salí y le dije que ya no se preocupara que se durmiera tranquilo. A la mañana siguiente se levantó temprano y me dijo que si yo había dormido bien, le dije que más o menos y que tenía alunas ideas para tratar de solucionar el problema. Le sugerí le escribiera a la coordinadora indicándole que le aparecía esa materia retirada y que él no lo había hecho, además que había cumplido con sus asignaciones. Igualmente le dije le escribiera al profesor y le pidiera le ayudara a resolver la situación. Bien pronto la coordinadora le respondió que esa materia la había retirado el profesor y le dio unos correos de UNEARTE en Caracas, para que planteara su problema. Sin embargo el profesor también le contestó y le dijo que había retirado la materia porque no tenía los recursos tecnológicos para comunicarse con los estudiantes y en aras de no perjudicarles su historial académico había decidido retirar la materia. Ahí se terminó el problema, y lo dejamos así por la buena intención del profesor, en especial por Sebastián que no ha repetido hasta ahora, ninguna materia. Me prometió que se iba a concentrar más en sus trabajos. 

Sobre la marcha debía prepara tres materias y en muy corto tiempo. Ya había invertido mucho tiempo haciendo una creación plástica, pero con la distracción de Netflix pues estaba atrasado. El Proyecto Artístico Comunitario tenía trabajo de campo, había que levantar una información con los líderes comunitarios, tomar fotografías y hacer un croquis del urbanismo. Luego revisar la información recolectada, organizarla y redactar un largo informe. Trabajaba unas horas en el proyecto y otras en los dibujos, y en la preparación de un guion para una autocrítica. Las últimas dos semanas trabajó de lunes a lunes, para poder cumplir con los tiempos establecidos. Algunos días estuvo hasta muy tarde la noche pero logró darle cuerpo a sus trabajos. Se empezaron a enviar por WhatsApp y por correo, los informes  preliminares, pero no hubo feedback por parte de los profesores, así que trabajó a ciegas asumiendo que estaban bien, aunque el apuro de última hora dejo entrever falta de calidad y de orientación en los trabajos. Hizo un bonito informe  del Proyecto Artístico Comunitario, en el cual hice de tutor, para suplir las lagunas que tiene el equipo de Sebastián para la elaboración del trabajo, sin ayuda del profesor, quien siempre socializa los contenidos en clase, pero que durante la cuarentena, no pudo hacerlo. Y su compañera se enfermó.

Después del 10 de julio los profesores empezaron a colocar las calificaciones en la página de UNEARTE. Una mañana luego de revisar llegó hasta donde yo estaba sentado, y con cara de tragedia me dijo: "papa habla con Cesar Ricardo para que me quite el Neflix". Le pregunte qué había pasado. Con mucha preocupación, trataba de decirme algo pero no le salían las palabras, Le dije que respirara profundo y se calmara, presentí que le había quedado alguna materia, y por eso no podía decírmelo. Cuando logró sobreponerse me dijo que había sacado doce puntos. Él sabía que esto no me iba a gustar por cuando nunca había sacado un doce en todo su record académico desde niño. Yo esperaba eso ya que él no se había concentrado en sus trabajos y se había distraído con Netflix y en alguna forma yo me confié que todo iba bien. Dada su edad, 19 años, y la responsabilidad que siempre ha tenido, no pensé que se podía concentrar tanto en otras cosas que no fueran sus materias. Le dije que se calmara y que por lo menos la había pasado, que de los errores se aprende, y que esperaba un mejor rendimiento en los próximos semestres. Se fue cabizbajo a su cuarto. Le comenté a la madre lo sucedido tanto para informarle como para compartir un poco de esta nueva experiencia de Sebastián. Me respondió por WhatsApp su disgusto porque Sebastián se estresara y que él no podía estresarse. Yo le contesté que Sebastián podía ser una persona con condición especial, pero que él estaba consciente de que había fallado en su organización. Le di como ejemplo una materia en la que sacó 18 y en la que se había concentrado 100%. La madre se calmó y entendió que él debe aprender a cumplir sus deberes y a trabajar bajo presión.

Fueron apareciendo las demás materias con un mosaico de valores, 13, 16, 18 y al final quedó una materia pendiente por calificar, la cual apareció el día 16 de julio. Nuevamente se apareció y me dijo confungido que había salido mal. 12 puntos en una materia en la que lo había visto trabajando mucho. Le pedí que abriera el correo con la intención que le escribiera al profesor que si él había cumplido con los objetivos porque había sacado tan baja calificación. En correos recibidos el profesor le había respondido a una consulta, con detalles de las tareas que debía cumplir y los valores de cada actividad. Las dos últimas y muy importantes no las hizo. Así que de broma no pierde la materia. Bueno aprobó las seis materias que cursó, y pudo haber aprobado siete, pero el profesor la retiró tal como ya lo cite anteriormente.